Estos agentes contaminantes, en especial los producidos por los carros, el claxon, el motor, el tráfico, la falta de conciencia sobre las responsabilidades y obligaciones de cada conductor al volante, causan nerviosismo entre las personas, desencadenándose en enfermedades como el estrés, insomnio y mal humor. Esto ocurre cuando se dá una contaminación auditiva superior a los ochenta (80) decibelios, ya que puede ocasionar un deterioro de las células auditivas con el que el daño puede ser irreversible si no se dan cuenta a tiempo de la gravedad del problema, o llegando a situaciones más extremas como lo es la pérdida del sentido del oído que se dá de manera paulatina.
martes, 2 de noviembre de 2010
Según la Organización Mundial de la Salud.
Estos agentes contaminantes, en especial los producidos por los carros, el claxon, el motor, el tráfico, la falta de conciencia sobre las responsabilidades y obligaciones de cada conductor al volante, causan nerviosismo entre las personas, desencadenándose en enfermedades como el estrés, insomnio y mal humor. Esto ocurre cuando se dá una contaminación auditiva superior a los ochenta (80) decibelios, ya que puede ocasionar un deterioro de las células auditivas con el que el daño puede ser irreversible si no se dan cuenta a tiempo de la gravedad del problema, o llegando a situaciones más extremas como lo es la pérdida del sentido del oído que se dá de manera paulatina.
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